Las stablecoins se hacen adultas con la entrada del reglamento MiCA el próximo mes de junio. Hace diez años que surgió Tether (USDT) y, con esta criptomoneda, la verdadera historia de las stablecoins. Diez años que suponen una mayoría de edad de este instrumento financiero, que ahora encuentra su certificación al ser los primeros criptoactivos con los que la Ley MiCA entra en vigor.
Stablecoins y MiCA
Historia de unas monedas digitales diseñadas para mantener un valor relativamente constante. Al menos, tan constante como el ofrecido por las monedas fiduciarias de mayor circulación en el planeta o de otros activos, como el oro. Tal vez su objetivo era ese: ser el lingote de oro en el ecosistema cripto. No cabe duda de que, durante estos diez años, se han afianzado. Son ya una referencia. La capitalización de mercado de las principales stablecoins se encuentra actualmente alrededor de los 150 mil millones de dólares estadounidenses.
Por ese carácter de puente amigable hacia el futuro de las finanzas y por su atractivo, las stablecoins se han convertido en una especie de punta de lanza en la regulación de los activos cripto. Como una especie de material experimental especial para la regulación general de los criptoactivos. Así, los apartados relativos a las stablecoins serán de los primeros que se pondrán en marcha en la que, hoy por hoy, es la normativa de referencia a nivel global en la regulación de criptoactivos: la norma MiCA (Markets in Crypto-Assets) de la Unión Europea. La actividad con stablecoins en Europa tendrá que cumplir con esta norma a partir del mes de junio.
Institucionalización de las stablecoins en junio con MiCA
La entrada en vigor de los apartados relativos a las stablecoins de MiCA constituye tanto una fuerte legitimación e institucionalización de estas, como una relevante limitación en la circulación de las mismas. Una norma que, con relación a estas criptomonedas, parece especialmente regida por dos principios de control: del volumen de los mercados de stablecoins y de los colaterales de las stablecoins.
5/13We will have a new crypto-sheriff in the EU. ESMA will have intervention powers to prohibit or restrict the provision of crypto-asset services by CASPs or distribution or sale of cryptoassets, in case of a threat to investor protection, market integrity or financial stability
— Ernest Urtasun (@ernesturtasun) June 30, 2022
Así, los operadores de stablecoins en Europa tendrán que sujetarse a un máximo de un millón de operaciones diarias con stablecoins. Igualmente, las stablecoins referenciadas a monedas distintas a las presentes en los estados miembros tendrán un límite de 200 millones de euros diarios. (Art 23 de MiCA)
Es decir, si las transacciones diarias superan esta cantidad, los proyectos de las stablecoins han de cesar en su emisión. De esta manera se da preferencia a los proyectos vinculados al euro, que es la moneda sobre la que las autoridades de la UE pueden ejercer cierto control. De momento, las stablecoins con mayor peso en los mercados están vinculadas al dólar estadounidense. Principios, en todo caso, subordinados a los grandes principios que dice perseguir la norma: transparencia, estabilidad y protección de los usuarios.
Aportar estabilidad
Las stablecoins son el instrumento resultado de la reacción del ecosistema cripto a la volatilidad de su mercado. Su propia denominación lo apunta: oferta de estabilidad, donde no la hay. Desde este punto de vista, se constituyen en una especie de puente o partera, como dirían los marxistas, entre una época que deja de serlo, el de las monedas hegemónicas del sistema fiat y el de la economía cripto. Así lo define, entre otros, el Banco de España: “Una moneda estable o stablecoin es un tipo de criptomoneda diseñada con la intención de minimizar la volatilidad de su valor, ligando su valor a un activo o varios activos con valor estable, como puede ser el dólar o el euro”.
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El BBVA las define con mayor finura: “los instrumentos financieros asociados a ‘blockchain’ evolucionan constantemente para encontrar soluciones a los retos a los que aún se enfrenta la tecnología. Un ejemplo de los últimos esfuerzos para reducir la volatilidad de las monedas virtuales es la creación de las ‘stablecoins’. En todo caso, ambas definiciones subrayan el carácter reactivo, para solventar el problema de la volatilidad, de las stablecoin.
Dólares estadounidenses
La pretendida estabilidad de las stablecoin se obtendría a partir de, al menos, dos mecanismos principales, según el tipo de stablecoin del que estemos hablando. Por un lado, las que se encuentran respaldadas por reservas de monedas fiduciarias o activos subyacentes, normalmente en relación 1:1 entre la stablecoin y la moneda de referencia. Es el caso de las más populares: Tether (USDT), USD Coin (USDC), TrueUSD (TUSD) o Binance USD (BUSD). Todas están respaldadas por dólares estadounidenses en relación 1:1 y sus respectivas empresas emisoras afirman que sus reservas en esta moneda fiduciaria están regularmente auditadas por terceros.
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El otro mecanismo consiste en el uso de algoritmos y contratos inteligentes que ajustan automáticamente el suministro a la demanda del mercado. Aquí la referencia es Dai, emitida por el protocolo MakerDAO en la red de Ethereum. Se trata de una stablecoin descentralizada que utiliza un mecanismo de colaterización de activos criptográficos para mantener su valor estable en relación con el dólar estadounidense. En lugar de estar respaldada por reservas de dólares estadounidenses, su estabilidad procede del bloqueo de activos criptográficos como garantía fijados en contratos inteligentes.
Transacciones rápidas y eficientes
Hay que subrayar la especial importancia de la estabilidad de la moneda, con que se hace la transacción, para los comerciantes, pues pueden transcurrir días entre el momento de la aceptación del acuerdo y la total finalización de la transacción. Entre un momento y otro, el riesgo es evidente. De hecho, la ya larga historia de los instrumentos financieros ha estado especialmente focalizada en la mitigación de este riesgo. Especialmente a partir de que los mercados se extendían y las distancias entre los puntos de residencia entre quienes realizaban las transacciones se agrandaban.
Ahora bien, más allá de crear un marco de estabilidad en el volátil ecosistema cripto o precisamente a consecuencia de la creación de este marco, las stablecoins han desarrollado interesantes funciones. Entre ellas, facilitar transacciones rápidas y eficientes en criptomonedas, así como permitir la interoperabilidad entre diferentes plataformas y servicios financieros descentralizados (DeFi). De hecho, las stablecoins se han convertido en la materia prima principal de muchas aplicaciones DeFi, permitiendo la creación de una gama de productos financieros, como préstamos, o derivados y pools de liquidez, pudiendo funcionar sin verse afectados por la volatilidad del mercado. Como tal instrumento “puente”, el diseño de las stablecoins intenta articular las ventajas de las criptomonedas -rapidez, eficiencia, globalidad- y las de las monedas fiduciarias, como la estabilidad.
Inclusión financiera
Si en estos diez años han mostrado sus funcionalidades, las expectativas que siguen puestas sobre las mismas son amplias y en diversos frentes. Quizá el más relevante es cómo alternativa eficiente y económica a la mayor integración económica global, al facilitar los pagos transfronterizos. Un aspecto relevante en momentos en que el proceso de globalización parece desacelerado, por no decir que se encuentra en fase un tanto regresiva.
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El otro frente en el que mantienen relevantes expectativas de actuación es el de la inclusión financiera. Las stablecoins pueden proporcionar acceso a servicios financieros a personas que carecen de acceso a la banca tradicional, como ocurre en regiones escasamente bancarizadas. A estos sectores de la población, las stablecoins les permite almacenar valor, sin excesivos sustos y angustias por la volatilidad, además de realizar transacciones y acceder a productos financieros descentralizados, sin necesidad de tener una cuenta en una sucursal bancaria tradicional.
A pesar de que las stablecoins han ido ganando peso en el conjunto del sistema financiero, todavía tienen desafíos. El principal es el de ganarse la confianza de los usuarios. Sobre todo en el aspecto que es su clave estratégica: que el valor del colateral subyacente sea suficiente para respaldar todas las unidades de la stablecoin en circulación.
Papel relevante en el ecosistema cripto
La sombra sobre la transparencia y la cantidad real de reservas sigue estando ahí, con mayor o menor intensidad. Prácticamente todas las entidades emisoras de stablecoin afirman estar verificadas y auditadas periódicamente (mensualmente es lo habitual) por terceros. Hay una dependencia de terceros que hagan las funciones de custodios de activos y garantes. Ni que decir tiene que si el activo subyacente -dólar estadounidense, euro u oro- experimenta convulsiones en su valor, las correspondientes stablecoins sufrirán las consecuencias. Al fin y al cabo, para bien y para mal, están vinculadas al sistema financiero tradicional. Su independencia es relativa.
Las stablecoins surgieron del ecosistema cripto. Como una especie de reacción. Pero tienen un papel estratégico relevante en este ecosistema. Buena parte de la normalización de las criptomonedas y de la propia institucionalización financiera del ecosistema cripto están vinculadas a las stablecoins. Con la entrada en vigor de los apartados de la Ley MiCA relativos a las stablecoins son éstas las que dan un salto importante a su propia normalización e institucionalización. Toda una mayoría de edad.
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